¡Oh gloriosa Santa Rita de Casia!
Con el alma llena de confianza por los continuos favores que alcanzas del cielo, en bien de tus fieles devotos, vengo hoy a tu presencia, a rogarte que intercedas ante tu Amado Esposo y Redentor del mundo, a fin de que oiga benigno lo que solicito de su gran poder e infinita misericordia.
A ti, santa Rita gloriosa que recibiste en el transcurso de tu larga y santa vida, tantas y tan repetidas muestras de ser un alma privilegiada de su Amor, te atenderá bondadoso, si le ruegas por mí con ese ardiente fervor que siempre te animaba cuando te postrabas a orar, a los pies del Santo Crucifijo.
Te ruego me ayudes a conseguir… (Hacer la petición con fe)
Por tus grandes méritos de pronta obediencia al dictamen de tus queridos padres; de abnegada resignación ante las asperezas de tu esposo; de caritativa y heroica inmolación de tus pequeños y amados hijos; de aguda pena al ver las dificultades que tuviste para ingresar en la morada de tus anhelos,
el claustro religioso; por los intensos dolores causados por la espina en tu frente; pide, Santa bondadosa,
me otorgue lo que por tu mediación y con ansia vivísima desea mi alma.
Si Él quiere puede concedérmelo, pues su mano divina es omnipotente en el cielo y la tierra, si fuera para mayor gloria del Altísimo y bien de mi alma, que vea presto escuchada y atendida mi petición, cuyo buen resultado, a ruego tuyo, confío obtener del poder y bondad de su paternal corazón.
Así sea.
Santa Rita de Casia,
abogada de los casos imposibles,
desesperados y perdidos:
ruega por tu devoto.
(Esta frase se repite tres veces).
Rezar el Credo, la Salve, tres Padrenuestros, tres Avemarías y tres Glorias. Finalmente, hacer la oración y los rezos durante tres días consecutivos.
¡Oh bendito San Antonio!
El más glorioso de los santos, el más admirable de todos los santos él más gentil entre todos los santos, tu amor por Dios, tu caridad por sus criaturas y tu afán por auxiliar a todos te hicieron merecedor, cuando estabas aquí en la tierra, del don de los poderes milagrosos.
¡Oh bendito San Antonio!
Los milagros esperaban tu palabra, y tú estabas siempre dispuesto a pedir por todos aquellos con problemas o ansiedades.
Animado por este pensamiento, y seguro de tu bondad te imploro obtengas para mí…
(Hacer la petición).
La respuesta a mi rezo en tus manos te la dejo, puede que requiera un milagro, pero tú eres el Santo de los milagros y en ti confío y espero.
¡Oh gentil y querido santo!, cuyo corazón siempre está lleno de compasión y ternura humana, susurra mi petición a los oídos del dulce Niño Jesús, a quien le gustaba en sobremanera estar entre en tus dulces brazos, por favor te lo suplico, no me dejes sin respuesta, yo te rezare con fervor y por siempre tendrás la gratitud de mi corazón.
Rezar con mucha devoción el Padrenuestro, el Avemaría y el Gloria trece veces.